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El armario blanco de mi abuela

Cuando se cierra una casa de un familiar querido, nos inunda una gran tristeza. Generalemente, vienen  a la memoria muchos momentos vividos y se entremezclan muchos sentimientos.

Quizá os preguntéis por qué os cuento esto.

Hace un mes, entré por última vez en casa de mi abuela. Allí estaban sus muebles, su ropa, sus recuerdos ... y aún se podía respirar ese olor tan característico que impreganaba siempre toda su casa y que tanto me gustaba.

Estábamos clasificando y repartiendo lo que había sido su vida, y de repente en una esquina, pude ver aquel armario blanco donde tantas veces me habia escondido jugando de pequeña. Nadie parecía quererlo y, sin embargo, a mí me transportó rápidamente a etapas muy felices de mi niñez. No lo dudé, pensé en un sitio donde poder colocarlo en mi casa y salí de allí con él.

Ahora, tenía que darle una nueva vida y para ello quería transformarlo. Mientras pensaba cómo hacerlo, me hablaron de Montse, de Majas con Arte, y acudí a su taller. Le pedí que me ayudara a darle un toque diferente para poder incorporarlo a mi casa. Y así lo hizo con el cuidado y el cariño que pone en todo aquello que llega a sus manos.

Ahora, cada vez que entro en casa y lo miro, veo el armario de mi abuela, que ya no es blanco y que me hace muy feliz.

 Os cuento los pasos de la transformación


El armario de mi abuela estaba pintado con varias capas de pintura y como fue para nuestra habitación cuando éramos niños, le habían puesto unas estrellitas en dorado. 

Su aspecto a simple vista era blanco con estrellitas doradas.

En el taller de Majas, lo primero que hicimos fue desmontar las puertas para poder trabajar más cómodas.

Empezamos a quitarle la capa de pintura con decapante y con sorpresa descubrimos que no sólo salió una capa, sino que salieron dos capas de pintura, la blanca que se ve en la foto y otra que estaba debajo y que era de color azul.

Después de quitar toda la pintura tanto de las puertas como de la estructura del armario, vimos que el armario tenía una preciosa chapa de nogal que hace esas formas tan bonitas de aguas.

A continuación pasamos a lijarlo con lijas muy finitas para dejarlo muy pulido. Y el acabado que le dimos fue de goma laca y cera.

Y aquí podéis ver el resultado final.

Lo he puesto en la casa de la sierra y es la joya de la corona.

Muchas gracias a Majas con Arte